Mini Cuento y Relato Ficcionado de la Cursada

Mini cuento:

Los que anhelaban torbellinos

Relato ficcionado de la cursada:

Érase una vez en una tierra cercana, cercana de nuestra tierra, próxima a la luna y al sol, los que anhelaban torbellinos. Los que anhelaban torbellinos vivían en una aldea llena de flores rojas, violetas, amarillas, naranjas y azules, mariposas multicolores y campos verde enérgico. Los que anhelaban torbellinos eran generalmente de estatura mediana, aunque había altos y había bajos. Ellos no sólo anhelaban los pequeños, sino también los torbellinos gigantes. Esos que si te agarran te dejan en otro lugar, lejos de dónde te agarró. Esos que viven horas y horas y días y hasta meses y hasta años. Los torbellinos por su parte, aparecían a veces inesperadamente y a veces, avisaban a su forma. La tierra temblaba, las flores cambiaban su color, el sol aparecía. Esto sucedía algunas veces porque siempre avisaban de su llegada de una forma distinta. Eso sí, siempre llegaban los viernes. Lo que no se sabía con exactitud es a qué hora lo hacían aunque casi siempre sucedía por la mañana.
La vida de los que anhelaban torbellinos era muy ajetreada: se levantaban muy temprano por la mañana, desayunaban una hora exacta por reloj, salían de sus casas e iban a trabajar todo el día. Trabajaban de varias cosas: custodiando las praderas, amarrando los globos aerostáticos que llegaban a la aldea, alimentando a las mariposas, arreglando desperfectos técnicos de la aldea.
Los torbellinos por, su parte, visitaban todos los viernes la aldea con un objetivo muy específico: ordenar lo que los que anhelaban torbellinos aun no habían ordenado, no porque no tenían tiempo sino porque no sabían hacerlo. Ordenaban objetos del hogar, del mercado, de la biblioteca, del cine y de la farmacia.
Los torbellinos al llegar elevaban al aire lo que estaba desordenado, tenían como un chip que les indicaba hacia dónde ir, a qué lugar entrar. Su función claramente era ayudar a los que anhelaban torbellinos. Se cree que los impulsaba su bondad, compasión y su altruismo.
Hete aquí una cuestión, ellos los anhelaban porque sabían que los torbellinos vendrían. Como un amor correspondido. Como dos piezas de rompecabezas. Como pez en el agua.
Un día, un viernes por supuesto, los torbellinos no llegaron a la aldea. Los que anhelaban torbellinos esperaron una semana y no hubo noticias. Empezaron a preguntarse cómo hacer porque cada día que pasaba la aldea entraba en un desorden cada vez más pronunciado.
Así, los que anhelaban torbellinos decidieron hacer una asamblea en la plaza central. Una voz dijo:- ¡esto es realmente una injusticia!, ¿los torbellinos desaparecieron? Y otra dijo:- Sí, creo que deberíamos estar todos indignados. Y el más sabio dijo:- A lo mejor los torbellinos regresen en algún momento. Quizás sea el próximo viernes o quizás dentro de muchos años. Mientras que esto no suceda los invito a que reflexionen algo. ¿Habremos aprendido a realizar este trabajo por nosotros mismos?
Cuando el sabio terminó de hablar, los aldeanos se quedaron en silencio y otra voz dijo:- vamos a organizarnos y podremos todos juntos ayudarnos y realizar el trabajo que hacían los torbellinos, aunque trabajemos de sol a sol.
Y la voz de una muchacha dijo:- ¿y qué haremos con nuestro deseo de que los torbellinos aparezcan nuevamente?
El deseo seguirá existiendo- dijo el más sabio. Quizá ahora debamos aprender a buscarlos nosotros en algún lugar de esta tierra cercana.



Preguntas referidas al Mini cuento
¿Cuándo se desarrolla la historia?
¿Dónde se desarrolla la historia?
¿Por qué los que anhelaban torbellinos, anhelaban torbellinos?
¿De qué trabajaban lo que anhelaban torbellinos?
¿Por qué los torbellinos ayudan a los que anhelan torbellinos?
¿Por qué los torbellinos no visitan más la aldea?
¿Qué dice el más sabio del la aldea?